martes, 19 de febrero de 2013

Lo que se esconde tras tu best-seller.

Generalmente suelo comenzar una crítica literaria con una posición estándar: brazo derecho pegado al costado, con el puño cerrado y los nudillos blancos. El brazo izquierdo alzado con el codo flexionado en un perfecto ángulo de 90º, con la mano extendida cual portador de orbe mágico en pleno estado de excitación. La vena de mi frente, casi siempre invisible excepto para ojos expertos, se alza majestuosa y amenaza con estallar y derramar sobre mis ojos, cargados de ira, sangre marrón-grisacea con finas capas de verde botella. Mis piernas se arquean y dan la sensación de arraigarse en el suelo para dejarme haciendo la fotosíntesis.

Esta posición se conoce con el término Pojarcor, y como todo en esta vida tiene su explicación. Por supuesto, me la reservo para otro momento, ya que todos los que leeis este blog es porque me conoceis y quereis cachondearos de mi persona por emprender algo. Que cabrones sois.

El Pojarcor, aunque parezca que no, es una postura útil. Demuestra indignación, desenvoltura, agresividad y pasión, lo que demuestra que es polivalente. Vale para cualquier situación cotidiana, como pedir un aumento, sacar al perro a pasear y encontrarte con la vecina del 2º y sus hermosos atributos (las tetas, me refiero a las tetas), dar un discurso sobre la situación global de los congelados La Sirena... se puede decir que es el culmen de la estética del hombre elegante.

Pues ahora mismo me encuentro en Pojarcor puro, pues debo de ir a trabajar y no me apetece una mierda. Y también me encuentro en Pojarcor porque he visto el All-star y me ha parecido un partido flojillo . Y también me encuentro en Pojarcor porque me acabo de terminar el 6º libro de la saga "La rueda del tiempo", de Robert Jordan, y cada vez me cabrea más su forma de escribir, lo jodidamente feminazi que es el mundo que ha creado (no hay una sola tía que no tenga mala leche y que no sea la que dirija el cotarro, macho) y lo larguísimas que se me están empezando a hacer sus novelas. Aun me quedan diez, o más... a si que voy a tener que echarle huevos a la sartén y zampármelos, porque si hay algo en mí que se puede calificar de admirable es que soy capaz de leerme cualquier cosa mientras esté en mi idioma.

Entonces, poniendo de base que estoy en pleno estado de indignación, mis inquietudes se abarcan hoy por los senderos del comunmente denominado ladrillo. Esto se transcribe como libro pesado, obscenamente jodido de leer pero con la virtud y la desgracia de engancharte de principio a fin. El primer ejemplo que se me podría pasar por la cabeza es "Un mundo sin fin", de Ken Follet, autor mundialmente reconocido por sus tochos de dimensiones bíblicas capaz de hilvanar 467,5 personajes por página y quedarse tan pancho. El tío sabe que es bueno en lo suyo y en eso no le vamos a quitar la razón, porque cada página es un misterio: no sabes si te va a aburrir soberanamente o a darle un giro a la trama que te sumerge de nuevo en la lectura.

De vez en cuando asociamos un ladrillo con un libro grande, de dimensiones que lo acercan peligrosamente a un arma letal y destinada a los estantes bajos por miedo a que te caiga en la cabeza y logre lo que no ha conseguido la television durante toda la vida: dejarte gilipollas del todo. Pues eso no es correcto, amigos míos. Un tochazo puede parecer complicado, pero pongo como el mejor ejemplo la maravillosa novela de Patrick Rothfuss, "El temor de un hombre sabio" (la continuación inmediata de "El nombre del viento"), que engancha de principio a fin en sus más de 1.000 páginas de duración. Un ladrillo, en mi opinión, no depende de su duración, sino de su contenido. Fijaos si no en "La Mano de Dios", o en "El prisma negro"...

A continuación, pasaré a nombrar los ladrillos más recomendables. Espero que os sea útil esta lista, pues con ella no pretendo daros dolor de cabeza, sino ilustraros sobre novelas que, a pesar de su pesadez a la hora de leerlas, estan, parafraseando a Chespir, "de putisima madre":


- Un mundo sin fin (culebron histórico)



 - La Villa (rayada argentina)


- La chica mecánica (explícito y complicadísimo)



- Saga de Canción de hielo y fuego (NO SAGA "JUEGO DE TRONOS". "JUEGO DE TRONOS" ES EL PRIMER LIBRO Y EL NOMBRE DE LA SERIE. COÑO.)



Pues estos son los ladrillos de los que me apetecía sacar una imagen para que esto quedase más bonito. Aunque hay muchos más que me gustaría recomendaros, me los reservo para un futuro volumen II.

Venga, hasta luego. XXX

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